miércoles, 21 de mayo de 2025
Post BomBum de Diego Mauriño, en Café Artigas
Post Bombum creo que no intenta explicarse, su intención no está en ser entendida, sino en ser atravesada. No sos parte, pero sos indispensable. No entendés del todo, pero la obra te arrastra igual a confrontarte con esa idea de ser parte de algo fundamental para no ser de utilidad.
La pieza transcurre como si habitara tres o cuatro espacio-tiempos distintos y simultáneos. Y en todos ellos, nosotros como humanidad parecemos los causantes de un tormento imposible de revertir. ¿Somos también nuestra única salida? La obra responde con un gesto amargo: después del fin, lo que viene no es redención, sino repetición.
Las imágenes parecieran buscar ser una exposición cíclica de malas decisiones humanas, mostrar el ciclo de un pedido de auxilio que nunca alcanza. Una desesperación que nace del acto de delegar en un ente, un dios, un déspota la responsabilidad de cambiar algo que sabemos que no va a cambiar. La obra no celebra la esperanza: la pone en duda, la obra trabaja sobre la seguridad de algo que no pudiera ignorarse, nosotros una vez más, nosotros intentando.
Y en ese plano filosófico donde se reflexiona sobre la reflexión misma, lo humano se vuelve su peor trampa. Pensar demasiado, sentir demasiado, esperar demasiado. No es una obra para todos, aunque quizá por eso mismo sea necesaria.
Textos complejos, cuerpos expuestos al pensamiento y apelando a una sencilles exhaustiva físicamente, una puesta en escena que tiene el poder que otorga el cine. Humor sutil y cruel, al servicio de una idea devastadora: que todo lo que somos en nuestra lucidez, en nuestra angustia puede no servir para nada.
Post Bombum es un trabajo profundamente actual, hecho desde un pasado lejano, que anuncia sin piedad un futuro que ya está ocurriendo.
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