Alberto - de Gonzalo Siandra en el Festival Simbiosis

Una anécdota puede ser muchas cosas: un recuerdo pasajero, una confesión ligera, una excusa para narrar. Pero pocas veces se convierte en el punto de partida de una experiencia íntima, reflexiva, erótica y de incomodidad social como la que propone Alberto. Beto le comparte a su hijo y a la audiencia fragmentos de vida que no siempre encuentra cómodos. Entre palabras precisas y algo de poesía, quizás encuentra en el recuerdo algo que él mismo debió haber escuchado de su propia historia o haberse permitido sentir, más alla de una tregua. El relato, cargado de honestidad e imágenes, avanza como un camino sinuoso que alterna memoria, deseo y autoexploración. Se vuelve parte de esa lucha entre querer pertenecer a un mundo que no comprendía del todo o idealizar en simultáneo a un arrepentimiento haber permanecido en ese mundo. La retrospectiva se llena de erotismo y fragilidad, pero también de ternura: ese territorio donde el silencio se convierte en la confesión más elocuente, más justa y ajustada al deseo. Con una puesta minimalista, realista y precisa, entramos en un monólogo sensible y audaz. Sin recurrir a la militancia explícita, Alberto logra ser profundamente político: revela y resignifica los secretos que cargamos en la piel y que nos definen, esos que solo la empatía, si alguna vez fuese enseñada y no aprendida a golpes, podría iluminar. Lo íntimo se vuelve expansible a toda epidermis, porque cada espectador encuentra en esa voz un eco propio, un rincón que también supo callar. El sostén corporal de la actuación, la forma en que el cuerpo condensa pasado y futuro, se convierte en un anclaje de respiro, de libertad. Lo sensual, el erotismo y la atracción tácita están ahí donde tienen que estar, y se trata de animarse a no tomar distancia, no intelectualizar el deseo y mucho menos enmarcarlo como lo hacemos con todo. Alberto y su ficción afirman que todavía en esta contemporaneidad necesitamos gritar algo tan simple como urgente: que la vida, con todo su deseo y su fragilidad, está hecha para ser disfrutada.