martes, 14 de octubre de 2025
Amistá - de Tomi Soko, en Espacio Aguirre
"Amistá" es una obra de vanguardia dentro del panorama escénico circense argentino. No sólo porque pone el foco en los malabares -una disciplina históricamente relegada incluso dentro del propio circo-, sino porque se atreve a imaginar un lenguaje propio desde ahí. Un código poético que combina precisión, energía y humor. El virtuosismo técnico está al servicio del asombro y del pulso alegre que une a quienes comparten la escena.
La obra propone una lectura posible sobre el universo de quienes practican esta disciplina y su entorno. Aparece la experiencia de vivir desde los bordes, desde la calle, desde cierta precariedad como espacio vital, sin dramatismos ni excesos, o más bien ficcionando en términos mediadores o acríticos esa realidad; por momentos, "Amistá" se apoya en una idea de marginalidad evocada, como si el gesto poético absorbiera la crudeza de lo real y la convirtiera en un guiño estético cuasi cliché donde lo simbólico se impone sobre la experiencia.
Desde lo técnico, el nivel del elenco es formidable. Los gestos malabarísticos, el control corporal, la coordinación entre precisión y entrega física conforman un engranaje potente, sostenido por una dirección que maneja el ritmo con solvencia.
La energía es constante, contagiosa, y se siente el deseo de expandir el lenguaje escénico desde lo físico hacia lo emocional con simpleza.
El código escénico es generoso, lúdico, versátil. Los personajes conviven entre la destreza y la ternura, en una lógica de juego que se siente genuina y profundamente humana. Ahí aparece la fuerza más honesta de "Amistá": cuando los cuerpos se tocan, se interrumpen o se sostienen, cuando el virtuosismo se disuelve y lo que queda es la confianza y la complicidad entre ellos.
Lo que el texto no termina de resolver, la energía lo sostiene. Y lo que no se desarrolla en términos discursivos, se compensa en lo sensible: tres cuerpos masculinos, masculinizados, masculinizadores, que se permiten expresar desde lo que son el afecto de una manera tan real que abre la pregunta incómoda al varón hetero cis ¿así somos? Sí. En esa sintonía se construye una ternura poco habitual.
"Amistá" deslumbra, divierte y arriesga dentro del entorno. Su potencia técnica es innegable, su vitalidad, contagiosa.
Tiene una mirada que logra sostener un pulso de diversión continua y trabaja sobre el encuentro: el del juego, el del afecto como fuerza que no necesita explicar por qué sigue lanzando las cosas al aire.
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