Esmeralda incandescente - de Julieta Timossi y dirección de Lucía Márquez, en Moscú Teatro

"Esmeralda incandescente" nos enfrenta a la reconstrucción íntima del pasado: a ese impulso casi biológico de querer atar cabos, de dejar salir a la luz lo que permanecía en la penumbra familiar. ¿Qué de mí pertenece a mi linaje? ¿Cuánto de lo que soy está escrito en mis genes y cuánto en las palabras que nunca se dijeron? Desde un lenguaje absurdo y lúdico, la obra traza una constelación de cuatro mujeres unidas y a la vez enfrentadas por la figura de un mismo hombre. Pero más allá del centro masculino, el verdadero eje es la necesidad de comprender qué pasó en esa grieta heredada, en ese vacío que el tiempo no logró borrar. La puesta funciona como un ritual de exhumación afectiva: se abre el pasado no para juzgarlo, sino para entender de dónde provienen los silencios. Con guiños constantes a la crítica patriarcal, la obra desarma con inteligencia los moldes del amor, de la maternidad, de la sumisión, y del mandato de “entenderlo todo”. Lo hace desde una mirada irónica, sensible y con una ternura que evita el dramatismo fácil. Hay humor, hay un delirio sostenido que habilita el pensamiento, y hay una poética que convierte el absurdo en claridad. Por su entrega y su precisión emocional cada intérprete construye una energía propia, pero todas orbitan alrededor del mismo interrogante ¿cómo se hereda una herida? La dinámica entre ellas genera un entramado hipnótico que sostiene el pulso del relato y nos invita a cruzar con ellas ese puente entre planos, entre vivos y muertos, entre lo dicho y lo omitido. La dirección logra un equilibrio que dialoga entre lo sensible y lo conceptual: un humor al frente, una picardía liviana, una profundidad explícita. La obra propone un viaje que cruza el más allá y el más acá con naturalidad, desmenuzando verdades que tal vez nunca serán absolutas, pero que al menos hoy pueden ser dichas. "Esmeralda incandescente" es un gesto de gratitud hacia la evolución: hacia los vínculos que ya no repiten patrones, hacia las mujeres que deciden hablar, recordar, y seguir encendiendo la luz sobre lo que alguna vez se prefirió no mirar.