Luisa - de Luciana Cervera Novo con dirección de Natalia Pascale, en Ítaca Complejo Teatral

"Luisa" es una obra que se despliega como un hilo genealógico tensado entre continentes, generaciones y heridas. Una historia real que comienza a inicios del siglo pasado y que, por momentos, parece pertenecer a otro país, a otro mundo; hasta que evidencia, con brutal claridad, que es profundamente nuestra. La narradora es la bisabuela de la actriz. Desde ese lugar, desde ese linaje que respira en su cuerpo, reconstruye la vida de una mujer Argentina, criada en España, y regresada, embarazada, a su país natal. Una mujer obligada a callar, a ocultarse, a hacerse cargo sola de su hijo. Una mujer expulsada por la moral patriarcal de su época/la época, la actualidad, que regresa al país en búsqueda de una vida posible. Ese hijo, Luis, crece desde la humildad no solo observando las injusticias que atraviesan a su madre, sino decidiendo enfrentarlas. Desde la militancia, desde el compromiso, emprende su propio camino para cambiar la realidad opresora que marcó a su familia y a su entorno. La puesta trabaja con saltos temporales, espaciales y geográficos que se sostienen gracias a una escena austera y precisa. Esa sobriedad permite que el cuerpo y la palabra de Luciana resuenen con toda su potencia. Acompañada por el músico–ambientador, quien además es bisnieto de Luis, la obra construye un puente entre generaciones: lo que ocurrió, lo que heredamos, lo que elegimos seguir diciendo. La lucha de Luis es la de una generación entera, y su desaparición forzada durante la última dictadura cívico-militar una despiadada medida de un plan de hundimiento y retroceso Argentino. Vuelve su historia dolorosamente común, profundamente Argentina. "Luisa" reafirma, con un filo sensible y contundente, la lucha femenina, la memoria activa y la urgencia de narrar lo que hoy un sector intenta negar, relativizar o directamente borrar. En un contexto político donde se pretenden desdibujar los crímenes del terrorismo de Estado, esta obra insiste, desde el amor y desde la herida, en que la historia personal es siempre historia colectiva. La dosificación del relato, su pulso, sus pausas, su delicado orden, permite al público atravesar un entramado genealógico complejo, pero profundamente cercano. Porque "Luisa" es la historia de una familia: es la historia de lo que este país intenta sanar desde hace casi 50 años. Recién ahora, casi medio siglo después, se confirman los responsables y el centro clandestino donde estuvo detenido Luis. Un juicio que comienza tarde, pero que comienza. Tuve la fortuna de asistir a la última función del año, que culminó con un conversatorio junto al nieto recuperado número 133, Miguel y su hermano El Tano. Escuchar sus voces tan de cerca fue un recordatorio incuestionable: seguimos viviendo en un país en disputa simbólica, en plena ofensiva negacionista, donde la identidad, la memoria y la justicia vuelven a ser territorios de lucha. Obras como "Luisa" son imprescindibles. Porque cuentan lo que muchos prefieren no oír. Porque abren espacio para quienes todavía buscan respuestas. Porque nos recuerdan que la identidad no es un trámite ni una anécdota: es lo más sagrado, lo más frágil y lo más político que tenemos. Una obra necesaria, sensible y valiente. Una memoria que sigue hablando. Una historia que es la de todos.